Hector Nine cuestiona la falta de respuestas de la Dirección del establecimiento.
CARTA DE UN LECTOR
Bragado, 28 de Octubre de 2014
De mi mayor consideración:
Por intermedio de la presente me dirijo a Usted a fin de ponerlo al corriente de lo acontecido en la E.P. N°7 el día de hoy, martes 28 de octubre de 2014.
Me presento en la institución a las 11:20 de la mañana, toco el timbre y quedo a la espera de la presencia del personal no docente, tal como acontece en estos casos. En la puerta de la institución me encuentro con un señor que está a cargo del transporte de dos niños quien me informa que “hacia cinco minutos que estaba a la espera y aún no había aparecido nadie. Entiendo necesario realizar aquí la primera digresión a fin de contextuar la razón de mi presencia “temprana” en la puerta del colegio, a saber, regia un alerta meteorológico con amenaza de granizo, fuertes vientos y lluvias, razón por la cual, y tomando en cuenta como se venían desenvolviendo los acontecimientos en los distritos vecinos, decidí retirar a mi hija de la Escuela Publica N°: 7 con media hora antes de antelación.
Pasados los 10 minutos citados, se presenta una mujer, ataviada de blanco guardapolvo, quien, tras escuchar la causa de mi presencia, nos informa que “no tenemos autorización de la directora”, la citada cierra la puerta y a partir de ahí comienza a generarse una situación tensa. Quienes estábamos procurando retirar a nuestros hijos, quienes trataban infructuosamente de encontrar un interlocutor válido, debimos posicionarnos en el lugar del observador de distinto tipo de estrategias orientadas a evitar el contacto con nuestra persona. Así el personal no docente trataba de explicarnos que “no puedo hacer nada, más que avisar”, la cual fue la respuesta más lógica y respetuosa que recibimos y agradecimos. Por otro lado los docentes nos miraban atónitos tratar de conseguir nuestro propósito, retirar nuestros hijos con tiempo a fin de no quedar a merced de la tormenta amenazante.
Ninguna fue la respuesta por parte de la dirección de la escuela. No hubo presencia ante los padres, no existió normativa expresa o escrita que avalara lo que estaba aconteciendo. Lamentablemente solo trascendidos que hablaban de la ausencia de dos docentes, lo cual, aparentemente había generado esta debacle institucional, este zozobrar ante algo tan simple como entregar un alumno a su padre.
Nos retiramos a la hora de siempre, entre corridas y apurones, temiendo que el temporal, que por suerte no cayo, nos hiciera presa de aquello que se venía informando desde los medios radiales.
Lo saluda.
Hector Adolfo Nine
DNI 18 088 796