Por Leonel G. Avila
Seguramente alguna vez escuchaste mencionar a alguien que las tormentas de otros tiempos eran peores, o quizás fuiste vos quien lo dijo; como si la nostalgia sobre los tiempos pasados también abarcara a los fenómenos meteorológicos y hubiera una especie de competencia entre lo que pasó en otras épocas y el presente. Se trata de un debate que se ha vuelto un clásico entre adultos mayores y los más jóvenes, no siendo yo quien pueda resolver el misterio, y mucho menos después que el peritaje meteorológico de Mauricio Senessi revelara que hubo cuatro tornados sobre Olascoaga y Comodoro Py el 19 de marzo; ¿hay algo peor que eso?. Sin embargo, en lo que sí puedo ayudar es en rescatar del olvido algunos otros tornados, huracanes o vendavales que han dejado su huella por estas tierras…
¿Imaginas una foto de la ciudad de Bragado con un tornado por encima? No conozco ninguna de tiempos actuales, pero te puedo mostrar una muy añeja. Data del año 1912, o sea hace más de 100 años; la tomó el fotógrafo Giannini, quien en ese entonces la envió a la revista Caras y Caretas en su carácter de corresponsal y fue publicada en la edición del 30 de noviembre de ese año junto a otra en la que se observan los daños que generó en la estancia “El Recuerdo” de los Biaus. La nota se titulaba “La tromba del Bragado” y aclaraba que en el casco urbano no generó ninguna consecuencia relevante, aunque sí en Mechita a la altura de la estación de trenes (es decir, dentro de la jurisdicción de Alberti).
No caben dudas que ese es uno de los fenómenos más viejos de los que existen registros, pero la verdad es que también puedo mencionar otro mucho más lejano en el tiempo: un gran vendaval que pasó por Bragado el 7 de octubre de 1872 (o sea, hace más de 150 años). Tan grande fue el viento, que afectó a la primera capilla de Santa Rosa de Lima, obligando a que debieran derrumbarla por completo y erigir el nuevo Templo que tenemos hoy. “Serían horas diez de la citada noche, cuando a consecuencia de recio huracán de agua y viento, se desplomó el techo de la Iglesia de este Pueblo, quedando únicamente en pie paredes y torres, pero todo gritado y amenazando una total ruina; por consiguiente, sería de todo punto inútil intentar reedificar esta Iglesia sobre su actual base”, escribió el entonces cura párroco Luis Leonetti.
En esa línea, también podríamos hablar del tornado que pasó por Máximo Fernández el 5 de enero de 1974, el cual voló el techo de la capilla neogótica “Sagrado Corazón de Jesús” y de la Escuela Primaria N°2, e incluso produjo daños en la herrería de Montelén, la estación de trenes y los galpones ferroviarios, dando paso a una cruenta historia del pueblo, condenándolo casi a la desaparición. “Un testigo dijo que parece una ciudad arrasada por un bombardeo”, publicó La Voz de Bragado.
La tormenta de 1974 también afectó a Mechita y generó pérdidas millonarias en la Acería Bragado y otros puntos de la ciudad, como por ejemplo en la Escuela N°10 y algunas viviendas. Sin embargo, los problemas se agravaron el 7 de diciembre de 1975, ya que un ciclón sorprendió a Bragado, siendo reflejado por el diario El Censor a través del título “CATÁSTROFE”: manifestaba que la Acería Bragado había sido seriamente perjudicada, pero también numerosas viviendas, industrias, comercios, la confitería del Parque Lacunario, escuelas y el Hospital Municipal.
“Cuando la actividad en Bragado era la acostumbrada, en un domingo a la noche, con una temperatura cálida, que determinó que mucha gente se encontrara fuera de su hogar (…), cuando eran aproximadamente las 22.50 horas, comenzó a soplar un fuerte viento que estaba precedido de un frente de tormenta con descargas eléctricas que no hacían presagiar la magnitud del temporal. Debido a la falta de agua que venimos soportando, la tierra invadió todos los sectores de la ciudad, haciendo imposible la visión, con el agravante del inmediato corte de energía eléctrica. Y a partir de allí todo fue confusión, gente que procuraba desplazarse a sus hogares, ruidos de toda clase, en medio del volar de las chapas, papeles, caída de árboles, desmoronamiento de tapiales, antenas de televisión destruidas, postes telefónicos que caían abatidos por el vendaval, cables cortados, letreros destrozados, vidrios rotos, en fin, una verdadera catástrofe en medio de la oscuridad de la noche”, indicó El Censor por aquellos días de 1975.
¿Fueron los únicos fenómenos meteorológicos graves? No, hubo muchos más, e incluso si nos acercamos en el tiempo podemos nombrar un tornado (o vendaval) que hubo en el año 2000; otro en el 2009 (fue el que causó estragos en la laguna y la muerte de una persona); y también en el 2014, siendo muy recordado ya que generó la destrucción del galpón donde funcionaba el Mercado Central de Alberto Samid.
Además, se podrían sumar las numerosas inundaciones que hubo a lo largo del tiempo (muchas de gran magnitud), como las de 1914, o las del año 2001, siendo esas últimas mucho más peligrosas ya que la ciudad corrió riesgo de ser tapada por el agua y debieron construir un terraplén de contención.
En fin, muchas situaciones… y Bragado sigue resistiendo.