Los fallos de la Justicia y la presión de los vecinos para exigir agua de calidad han motivado que la empresa ABSA deba dar respuesta ante la presencia de elevados niveles de arsénico en el agua que ofrece en la red. Sin embargo, la “solución” no es la esperada ya que todavía no inició la construcción de la planta potabilizadora, ni tampoco entregó bidones en los domicilios. Optó por una medida más económica, que nos retrotrae a tiempos pasados: tanques de agua comunitarios.
Según se supo, en total serían 50 los tanques que se colocarán en distintos puntos de la ciudad. Uno de los primeros fue colocado en la plazoleta del barrio 25 de Mayo, el cual apareció ayer sorpresivamente, sin ningún aviso oficial.
En los tanques no figura el nombre de ABSA, sino únicamente de la empresa que los hizo. Algunas personas ya empezaron a utilizarlos, pero mayormente han predominado las críticas en las redes sociales ya que los tanques comunitarios implican que cada vecino deberá movilizarse hasta allí para poder extraer el agua potable, pese a que cada usuario paga el servicio para recibirla en su respectivos domicilios.
Hasta el momento ABSA ha ido anunciando distintas inversiones en obras (por ejemplo sobre nuevas perforaciones para ampliar y robustecer la red), pero ninguna está relacionada directamente con el problema del arsénico, por lo que el asunto de fondo sigue sin una solución real…