Frente a la polémica generada en el ámbito político por la decisión del Ejecutivo local de alquilar una parte del Hogar San Vicente para instalar oficinas municipales y las críticas emitidas por el Frente de Todos, CUARTO PODER consultó a la administradora de la residencia, Virginia Fernández Llorente, a los fines de conocer su opinión al respecto. Pidió que se aparte al hogar de las disputas políticas y argumentó por qué es beneficioso el alquiler, a pesar de que algunas voces digan lo contrario. Además manifestó que ninguno de los dirigentes políticos que opinaron del asunto se acercaron a preguntar cuál es la situación del hogar.
Según Virginia, “hay que preservar al Hogar de esta controversia política”. Recordó que es una institución privada y que tiene 130 años de historia.
Dijo estar sorprendida por las declaraciones vertidas por algunos concejales ya que “no hubo ninguno que me haya preguntado si necesitábamos algo”, ni siquiera en el momento más complicado de la pandemia. Además, manifestó que lo que dicen no se ajusta a la realidad de la institución pese a que aseguran defenderla.
Explicó que “el Hogar siempre tuvo problemas económicos”. Contó que “más o menos lo teníamos organizado hasta el 2019, pero en ese momento tuvimos un bajón importante y después vino la pandemia que nos terminó de desarticular”. “Afortunadamente estaban los santos de Le Utthe que donaron mamelucos de plásticos en dos oportunidades, la Escuela Industrial nos mandó máscaras y el Rotary barbijos… y nadie más a excepción de algunas personas particulares; fue desesperante y la economía se nos vino para atrás”, dijo.
Remarcó que “la administración es sumamente difícil porque tiene un tratamiento como si fuese de una empresa grande con muchos empleados, pero es una institución sin fines de lucro, por lo que buscamos que las cuentas estén equilibradas”.
Contó que “en el hogar se cobra el 85% del haber o los haberes jubilatorios, que es un sistema operativo que heredamos desde la época en que estaban las Hermanas”, siendo la excepción aquellos casos de personas con cifras altas para que no les implique desembolsillar tanto dinero. Reconoció que a veces puede generar que no ingresen algunos abuelos porque sus parientes prefieren guardar la jubilación para la canasta familiar y también habló de la gran cantidad de geriátricos que hay en la ciudad, por lo que consideró lógico que el número de residentes no sea tan alto como en otras épocas ya que en el momento en que nació la institución era la única en su tipo en todo Bragado (tampoco existía el Hogar San Luis). También mencionó los casos en que deben decir que “no” ante personas mayores que presentan patologías complejas ya que el lugar no está preparado para recibirlos: “somos una residencia para vivir, no un sanatorio”, recordó.
Sin embargo, negó que alguien se haya ido por cambios recientes, ya que todos se adaptaron bien. Contó que reubicaron algunos señores, pero aclaró que igualmente siguen estando en ambientes grandes y que aún quedan 4 o 5 camas disponibles.
Confirmó que “lo que se alquiló es la planta baja del sector de atrás, que tiene entrada por Del Busto”. En ese marco, argumentó que “lo hicimos pensando en que teníamos un espacio improductivo que nos costaba mucho mantenerlo”, implicando una ayuda económica importante, y además porque servirá para que se mejore con los arreglos que le haga el Municipio (algo que el Hogar no estaba en condiciones de afrontar).
Recordó que desde 2018 ya existía un convenio con el Municipio para que desde el Hogar San Luis envíen residentes cuando llena su capacidad o en los casos en que alguna persona puede pagar una parte de la cuota (el Estado local abona el resto) con un máximo de 20 camas, pero aclaró que sólo reciben el dinero de acuerdo a las que están ocupadas, por lo que son ingresos fluctuantes. “Yo venía diciéndole a Vicente ´estoy ahogada´, ´necesito ayuda´, porque con el convenio de los residentes no me alcanza la plata”, agregó.
Sobre el final, lamentó que en el presente le están teniendo que pagar a sus empleadas en dos veces, por lo que indicó que continúan buscando estrategias para regularizar la situación y poder frenar los problemas económicos. “Estoy tratando de ver si podemos organizar el terrenito de al lado que no se usa para hacer un estacionamiento y alquilar algunas cocheras”, anticipó. Además, dijo que en algún momento se había pensado hacer una guardería donde hoy se ubicaron las oficinas municipales.