Claro está que los escapes antirreglamentarios no son buenos. Lo sabemos todos (o casi todos), incluso quienes los utilizan, con la diferencia que algunos insisten en querer colocarlos en los vehículos aferrándose al sinsentido. Frente a ello, la Dirección General de Seguridad viene impartiendo la directiva de decomisarlos en cada oportunidad donde los detecta, por lo que ayer difundió fotografías del momento en que se extraía un escape de una moto secuestrada.
Se considera escape antirreglamentario a todo aquel que no cumpla con las normativas legales en cuanto a emisiones de ruido y gases contaminantes. Son perjudiciales por varias razones:
- Contaminación acústica: Estos escapes suelen generar un ruido excesivo, que contribuye a la contaminación sonora. Esto puede afectar la calidad de vida de las personas, causando estrés, problemas de concentración, trastornos del sueño, entre otros.
- Contaminación ambiental: Los escapes antirreglamentarios suelen estar modificados de manera que alteran los sistemas de filtrado de gases, lo que incrementa la emisión de gases contaminantes.
- Seguridad vial: El ruido excesivo puede distraer a otros conductores, peatones y ciclistas, aumentando el riesgo de accidentes. Además, los vehículos que usan escapes antirreglamentarios a menudo realizan modificaciones que afectan la seguridad del vehículo.
- Legalidad: Los escapes antirreglamentarios son ilegales. Conducir un vehículo con un escape modificado de manera inapropiada deriva en multas y la retención del vehículo.