No caben dudas que el desplazamiento de María Villavicencio como secretaria de Desarrollo Social del Municipio ha sido uno de los temas más relevantes de los últimos días, con la particularidad de que ocurrió en el marco de una polémica y que fue creciendo con el pasar de los días tras distintas notas periodísticas que ofreció la exfuncionaria a los fines de limpiar su imagen y también porque visibilizó una serie de situaciones que, en el caso de ser ciertas, dejarían mal parado al gobierno. Uno de los medios con los que habló es CUARTO PODER, mostrándose en todo momento como víctima de situaciones de hostigamiento por parte de otros funcionarios y familiares del Intendente, con el agravante de que también nombró a personas que trabajarían poco (según ella) y que siguen en el Ejecutivo. Sergio Barenghi no estuvo ajeno a las críticas, ya que Villavicencio sintió que no la cuidó demasiado o que permitió que los problemas siguieran sucediendo…
La exfuncionaria manifestó que no cuestiona el pedido de renuncia que le formuló el Jefe Comunal. Dijo entender que “tiene plena facultad en cualquier momento de su gestión de dejar cesante a un funcionario”, pero se mostró molesta por cómo ocurrieron los hechos. “Me causa desazón irme de esta manera, con todo lo que trajo detrás”, indicó.
Sostuvo que “el Intendente cuando me convocó fue para estar en una gestión, acompañarlo desde lo técnico; no para que yo tenga que soportar todo el hostigamiento que he soportado de parte de su familia”. Citó al director de Deportes, Marcos Roldán, como una de las personas involucradas en los conflictos, pero fundamentalmente a su esposa.
EL ORIGEN DE LOS PROBLEMAS Y ACUSACIONES GRAVES
Villavicencio aseguró desconocer los motivos por los que la esposa de Roldán se habría ensañado con ella y con el equipo de personas que la acompañaban: “está filmado que a una de las chicas que trabajaba conmigo le dio un golpe en el hombro”. Manifestó que todo comenzó en la previa al viaje a Mar del Plata por los Juegos Bonaerenses del año pasado, e indicó que la mujer también la habría “pechado” a modo de intimidación.
Remarcó que Roldán se enteró de lo sucedido, pero no le dio explicaciones acerca de las causas de la supuesta actitud de su esposa, ni tampoco le habría pedido disculpas, lo que generó un resquebrajamiento en la relación laboral. A eso se suman otros hechos posteriores, uno de ellos con intervención judicial de por medio…
La exfuncionaria dijo haber realizado una denuncia porque la acusaron de hostigar a Roldán y a su esposa enviándole mensajes con distintos chips de teléfono celular. Negó haberlo hecho y también aseguró que la Justicia habría descubierto que los chips fueron utilizados desde un teléfono de esa misma mujer, información que Villavicencio le transmitió luego al Intendente, pero no hizo nada.
QUARLERI ENTRA EN ESCENA
Según la exfuncionaria, el hostigamiento que recibió en los últimos 6 meses también involucró a “gente dentro del Gobierno que aprovechaban esas situaciones”.
Enfatizó que “en el caso de Roldán -sobre los supuestos mensajes-, al primero que se lo contó es al secretario de Gobierno, Quarleri, pero él a mí en ningún momento me lo informó”, cosa que ella discute ya que “ante algo así, tenés que llamar a los funcionarios involucrados y solucionarlo, no fogonearlo desde adentro”.
Señaló que Quarleri se lo habría contado a un empleado, y acotó: “somos gente adulta; él se tenía que juntar conmigo y decirme ´hay este conflicto´, (…) porque si yo me enteraba que estaban hostigando a una persona, desde el momento cero iba y hacía la denuncia porque yo no tenía nada que ocultar”.
“LA MALA DE LA PELÍCULA”
Ampliamente conocidas son las versiones que circulan en las redes sociales y el boca a boca acerca de que Villavicencio sería una persona violenta que habría insultado y destratado a muchos funcionarios o empleados municipales, desencadenando incluso la reubicación de algunos. ¿Qué respondió ella? “Hay que replantear todo esto; violento es estar en un trabajo para el que no estás preparado, violento es entrar a las 10 de la mañana cuando tenías que hacerlo a las 8; violento es no ir a los barrios… o como por ejemplo la Directora de Niñez que en un año nunca fue una delegación, la única vez que lo hizo pasó porque la llevé en mi camioneta y lo organicé yo”.
Según ella, los inconvenientes ocurrían cuando intentaba poner orden y ellos se negaban: “yo lo que les decía es: ´si vos cobrás un sueldo, tenés que trabajar´; (…) pedía que cada uno presentara sus proyectos, que trabajen, que vayan en horario”.
“Reconozco que tengo temperamento, tengo mi impronta y todos nos podemos equivocar, pero yo si lo hago pido disculpas”, dijo.
PALAZOS PARA CALBET, GUIDOLÍN Y MORENO
El tema de las delegaciones no fue lo único que cuestionó Villavicencio de la exdirectora de Niñez, María Eugenia Calbet. Contó que “había mucha conflictividad con empleados, toda una novela turca… ella tenía una empleada y la empleada le marcaba lo que tenía que hacer”; y agregó: “ella estaba a cargo del Servicio Local… pero hubo un montón de conflictos donde yo me tuve que hacer cargo, como por ejemplo un sábado a la noche tener que bañar a un nene en la sala de pediatría del Hospital, y eso a mí no me correspondía; o tener que solicitar un jueves una medida de abrigo en una situación de peligrosidad, y ella el viernes ya no estaba porque se fue a Miramar; (…) -pero- Sergio le dio un lugar en Salud, entonces obviamente quedé como la mala de la película”.
¿Y Guidolín? Afirmó que “la salida de ´Tomy´ me dolió porque yo soy amiga de su tía y con él habíamos hablado un montón de veces sobre su ausencia en la gestión; es más, a su conductor, que es Salvador Alonso, lo invité al Salón Blanco a hablar con él para ver si mejoraba, y también le dije a Sergio -Barenghi-“.
Manifestó que permanentemente recibía quejas en la Secretaría de Desarrollo Social porque el Director de Juventudes no habría actuado ante determinados inconvenientes, como por ejemplo mensajes de chicos de las Casas del Estudiante a los que él no les habría atendido el teléfono. “Yo no pretendía que lo sacaran, solamente quería un respaldo del Intendente para que le dijera ´Che, María no da abasto con todo´”, indicó. Además, aseguró que el propio Alonso habría prometido intervenir para que las cosas mejoraran, pero todo siguió igual.
Ante lo mencionado y la mala imagen pública que fue quedando en los últimos meses de Villavicencio, CUARTO PODER le preguntó por qué no salió a hablar en ese momento si tenía motivos, a lo que ella contestó: “el que tendría que haber tomado una decisión es el Intendente, o quizás yo me tendría que haber corrido hace tiempo, porque si no tengo el respaldo del Intendente paso a ser la mala de la película”.
¿No tenías el respaldo?, repreguntamos, y respondió: “yo tenía el respaldo cuando hablaba con él, pero después Jorgelina Moreno me mandaba un audio y me decía cualquier barbaridad; (…) yo con ella jamás tuve un lío, no sé cuál es el problema que tiene conmigo”.
UNA FUNCIONARIA DESDIBUJADA
Villavicencio dijo que “todo el tiempo era tener que estar atrás de cada área” debido a las cosas que no cumplían algunos funcionarios, y, en simultáneo, un desdibujamiento del rol jerárquico en Desarrollo Social: “yo veía que los directores se cortaban solos y entonces uno como Secretaria quedaba pintada al oleo… pero después era yo quien tenía que rendir ante el Tribunal de Cuentas, ante el Intendente y ante la oposición”.
¿EL INTENDENTE LE SOLTÓ LA MANO?
“Hacé tu lectura”, comenzó diciendo la exfuncionaria ante la pregunta, y prosiguió: “cuando miré cómo quedó el Presupuesto de Desarrollo Social y empecé a hacer una comparación dentro de la torta presupuestaria, vi que tuvo casi un 4% menos que el año pasado”, resaltó.
Sin embargo, contó que la relación con Barenghi siempre se mantuvo buena, e incluso indicó que el jueves previo a su desplazamiento estuvo cenando con él: “ahí le planteé que el Director de Deportes se había ausentado en toda la semana, lo que generaba que yo me tuviera que hacer cargo de toda la organización de la Doble Bragado”. Aclaró que “yo lo hice pensando que podía llegar a tener algo de salud y el Intendente me dijo ´lo voy a llamar´, y después tuvimos la reunión el lunes”.
Lo que siguió ese lunes fue un encuentro difícil en el que la discusión se tornó muy fuerte con Roldán. Villavicencio no volvió a hablar más con Barenghi y días después le llegó el pedido de renuncia: “a media mañana llegó una empleada de la mesa de entrada del Municipio con un sobre cerrado que era para entregarlo en mano y en la nota el Intendente me pedía que pusiera a disposición la renuncia; (…) yo no cuestiono la decisión, pero yo con él tenía un vínculo por otro lado; (…) no es dolor… pero si un día me llamaste y me decís ´María, yo quiero que formes parte del equipo´, entonces pido lo mismo si el vínculo laboral se termina… que me llame y me diga ´tengo que hacer un cambio´, o lo que sea…”.
La llamada por teléfono o la explicación presencial, no ocurrió. “Yo no hubiese cuestionado nada porque todo esto que venía pasando él ya lo sabía, no es que se lo desayunó de golpe; él ya lo sabía desde el año pasado”, dijo la exfuncionaria, y concluyó: “en algún momento yo pensé que él iba a tomar otra determinación porque después que pasó todo eso en Deportes, ¿cómo sostenés un vínculo laboral desde este lado? Es muy difícil, por más que yo le puse voluntad…”.