No nos sacaron el ferrocarril como se venía rumoreando, pero tampoco trajeron buenas noticias. A la incomodidad de la venta de pasajes casi sobre la fecha, ahora se le sumaría un elevado incremento de las tarifas en los boletos de trenes de larga distancia, lo que muchos interpretan como una estrategia para desalentar el uso de ese transporte y así poder avanzar con medidas más drásticas.
Independientemente de cual sea la intencionalidad, lo concreto es que con ese costo de los pasajes, cada vez resultaría menor la conveniencia de viajar en tren a Bragado u Once teniendo en cuenta que el precio sería bastante similar al de una combi, con la desventaja que el ferrocarril demora más tiempo en realizar el recorrido y tiene menor cantidad de frecuencias.
La existencia del tren de pasajeros y el pedido de la gente de su permanencia no es un mero capricho, sino que se sustenta en que siempre cumplió un rol social debido a sus bajas tarifas, permitiendo que muchos puedan viajar ya que de lo contrario no podrían hacerlo. En el caso de equipararse con otros transportes, perdería ese rol social, motivando a que varios ya no quieran o puedan seguir utilizándolo.
Por el momento la Secretaría de Transporte de la Nación anunció precios sugeridos de acuerdo a criterios que contemplan la inflación, los costos operativos y de mantenimiento, y supuestamente una intención de mejorar el servicio. No obstante, dijo que podrían cambiar de acuerdo a criterios comerciales, como la venta y la demanda, por lo que esperamos que efectivamente no se concreten de esa forma…
No anunció un precio sugerido para el caso puntual de Bragado, pero sí para el recorrido entre Once y Pehuajó: $18.435. Por lo tanto, teniendo en cuenta la cantidad de kilómetros (que es la forma con la que se estipularon los precios hasta ahora), el costo del pasaje a Bragado rondaría en los $10.585, mientras que hoy un viaje en combi sale $10.000 con una hora menos de viaje y tres frecuencias diarias de lunes a domingo (el tren tiene únicamente cuatro semanales, distribuidas en tres días).
El precio del tren resulta ilógico desde el punto de vista social, pero también si se lo compara con precios sugeridos para otros destinos, ya que 10 mil pesos equivaldrían a una cifra similar a lo que se estipula para ir a Rosario y casi la mitad de lo sugerido para ir a Tucumán.
¿Qué pasa si aumentan las combis como efecto colateral? Traería un problema mayor, ya que no sólo estarían afectados los pasajeros de los trenes, sino que también deberían pagar más quienes acostumbran a utilizar las combis… es decir, nadie saldría beneficiado.