Ocurrió en 1977 cuando nuestra ciudad tembló por un sismo de San Juan.
Por Leonel G. Avila
Uno de los temas más relevantes del día de hoy es el terremoto de 6,4 grados en la escala de Richter que asustó a la provincia de San Juan y zonas aledañas. Lo sorpresivo es que también se sintió levemente en algunos sectores de Bragado, cosa que inevitablemente trajo a la memoria la situación ocurrida hace 43 años cuando otro sismo proveniente del mismo lugar se sintió con mucha fuerza en nuestra región y derribó uno de los mayores símbolos que tenía la ciudad: el tanque de agua de la Acería Bragado (actual Acerbrag).
Aquel hecho sucedió alrededor de las 6:30hs del 23 de noviembre de 1977. “Quienes más sintieron el impacto fueron los moradores de los edificios altos. La mayoría ganó rápidamente la calle y fue posible observar a muchas personas que en ropas de dormir abandonaban sus alojamientos víctimas del pánico”, relato en ese entonces el diario La Voz de Bragado, y agregó: “los artefactos eléctricos oscilaban; algunos muebles se movían de sus lugares y muchos creyeron en un mareo, que a poco comprobaron que no era tal”.
Los efectos del terremoto se sintieron alrededor de un minuto. Puede parecer poco tiempo, pero resultó suficiente para que gran parte de la población se alarmara y además para que Bragado perdiera para siempre ese tanque icónico de la Acería, el cual no sólo fue un símbolo de la empresa, sino también de toda la ciudad ya que servía como referencia para quienes transitaban por la ruta 5.
El tanque tenía una altura de entre 40 y 50 metros. Decía “Acería Bragado” en letras grandes y tenía la capacidad para albergar un millón de litros de agua que se utilizaban ante cortes de energía eléctrica. Según manifestó Raúl Avila, quien en ese entonces se desempeñaba en el laboratorio de la empresa, “se cayó porque no tenía rompeolas” y no estaba totalmente lleno; “yo llegué a trabajar a la fábrica a las 8. Era un desastre porque la ola hizo una onda expansiva y todos los autos que estaban estacionados terminaron retratados contra los árboles”, sostuvo. Además, agregó: “el Citroën del ´Petiso´ Frattini quedó enroscado entre tres plantas”.
Tales declaraciones se condicen con lo que informó La Voz de Bragado en aquel momento: “el ruido producido por el desprendimiento del depósito que estaba a 40 metros de altura fue tremendo. Su caída se produjo hacia el lado Norte haciendo un gran pozo y sus aguas se desplazaron con singular violencia, alcanzando alturas de hasta un metro. A su paso, camino a la ruta nacional número 5, arrastraron a nueve automóviles”.
Por su parte, Oscar Alberto Frattini, recordó: “no era mi turno de trabajo, pero fui a hacer horas extras; estaba con otra persona que empezó a sentir un mareo y después se escucharon gritos de que se había caído el tanque”. Explicó que el problema se generó en la “cebolla” de la estructura, que cayó al suelo, aunque también mencionó la palabra de un testigo que vio salir fuego del tronco. Consultado sobre su vehículo, indicó que “era un Citroen 3CV modelo ´70, color naranja, que me lo habían dado 10 días antes”. “El agua lo dio vuelta y sólo quedaron las chapas”, lamentó.
Los daños registrados en el tanque fueron totales y muy impactantes. El periodista Roberto Dematteis se encargó de contarlo al día siguiente en su histórica sección “Qué dice la calle”, donde emuló el comentario de un “madrugador espectador”: “parecía una gran flor destruida, con sus gajos buscando el descanso del suelo”.
El tiempo ha hecho que aquel terremoto y el icónico tanque sean historia. Por tal motivo, resulta oportuno recordarlo, no sólo para evocar nuestro pasado, sino también para anoticiar de lo sucedido a las generaciones que lo desconocen.