Uno de los temas relevantes de los últimos días ha sido la sentencia condenatoria a 10 años de prisión que recibió Javier Lucio Molina en el marco de la causa que investigaba los abusos carnales reiterados hacia Belén Salúm ocurridos cuando era una niña. No obstante, no hubo pena por el caso de su hermana Agustina.
De acuerdo a lo que habían manifestado las mujeres, los hechos sucedieron cuando Molina era pareja de su madre. “Violó a mi hermana bajo amenaza, la primera vez cuando ella tenía 11 años y continuó durante 4 años consecutivos”, contó Agustina tiempo atrás. Además, indicó que “cuando yo tenía 12 / 13 años me tocaba”.
La causa había sido caratulada como “abuso sexual reiterado agravado”. “Tuve que pasar todos los días por lo mismo hasta los 14 años en que se fue”, dijo Belén.
Ambas callaron lo sucedido durante años ya que no se sentían en condiciones de poder contarlo… ¡y no es para menos! ya que manifestaron sufrir amenazas. Según había contado Agustina, le decía que no hablara porque mataría a su abuela, e indicó que a Belén le decía que no contara lo sucedido porque se pelearía con su madre y todos morirían de hambre debido a que él mantenía económicamente a la familia.
Las hermanas acudieron a los medios de comunicación para que su lucha tomara mayor fuerza, e incluso organizaron marchas con la intención de pedir justicia. Finalmente fueron escuchadas (al menos una de ellas) y ahora se encuentran contentas por los 10 años de condena, aunque aclararon que hubiesen esperado una pena mayor.
En lo que respecta al caso de Agustina, quedó sin efecto porque la Justicia interpretó que prescribió.