• Es uno de los más importantes del país. Más de 120 delegaciones, algunas de lugares remotos, recorrieron los aproximadamente 3 kilómetros del trayecto ante la atenta mirada del público.
• No faltaron las perlitas políticas en torno a la presencia de Mauricio Macri en el lugar.
Por Leonel G. Avila
En pocos lugares podremos apreciar un desfile criollo de tamaña envergadura como el que se realiza en Bragado para cada edición de la Fiesta Provincial del Caballo. Como es habitual en el programa de actividades locales para el segundo fin de semana de octubre; durante la mañana, mediodía y tarde del domingo, las calles de la ciudad se transformaron en una vidriera de nuestra tradición gauchesca a través de más de 2.500 jinetes que desfilaron con sus respectivos caballos y/o carruajes. Se trata de uno de los principales del país en su tipo, no sólo por la duración de aproximadamente cuatro horas, sino además por el número de participantes y la gran extensión del recorrido.
Pese a un cielo nublado que amenazaba con iniciar una lluvia en cualquier momento, en el día de ayer Bragado amaneció con clima festivo. A partir de las 8:30 comenzaron a concentrarse en la esquina de Rivadavia y Entre Ríos los carruajes, tropillas y jinetes que luego desfilarían por las calles bragadenses.
No tuvo que pasar mucho tiempo para que, pasadas las 10 de la mañana, se entonaran las estrofas del Himno y fuera izada la bandera nacional. Luego, diferentes peñas y ballets de la ciudad, de los cuarteles e incluso de ciudades vecinas como 25 de Mayo, se dispusieran a bailar folklore en los alrededores de la plaza principal. Allí estaban los ballets Integrarte y Estampas Nativas; y las peñas Martín Fierro, Pampa y Cielo (Mechita), La Esperanza, Alvarado (Mechita) y La Telesita.
Dos temas fueron los que pudieron escucharse en gran medida entre el público presente. Por un lado la comparación respecto de la cantidad de gente que había en el desfile criollo de 2012 y el presente, y, por otro, discusiones a favor y en contra de la elección de la Reina de la Fiesta Provincial del Caballo que se había llevado adelante la noche anterior.
En este marco, y ante un palco oficial integrado por Aldo San Pedro, la diputada provincial María del Carmen Pan Rivas, el concejal Horacio Civello, delegados de cuarteles y los funcionarios Jorge Peña, Raúl Latasa, Ana Laura Martínez y Armando Alfonso, entre otros; el presidente de la Comisión Organizadora de la Fiesta Provincial del Caballo, Horacio Figuerón, pidió permiso al Intendente Municipal para dar comienzo al desfile.
Motos de la Policía y de la Dirección de Tránsito fueron los primeros en aparecer. Detrás, una ambulancia, grupos scouts Santa Rosa de Lima de la Parroquia homónima y Sagrado Corazón de la Parroquia San Martín de Porres. También estuvo presente la antigua autobomba de los Bomberos Voluntarios de Bragado, que trasladaba la imagen de la Santa Patrona de nuestra ciudad.
Además hubo espacio para el abanderado Ricardo Lawler, la nueva reina de la 42ª Fiesta Provincial del Caballo y las princesas. Lara Heinrich saludó al público desde un carruaje, y luego desde otro hicieron lo propio Aylen Mancini e Iriel Gouts. Atrás desfiló la familia Figueras, la amazona Cristina Bracco y Horacio Figuerón en su carácter de presidente de la Comisión Organizadora.
Desde entonces se dio paso a más de 120 delegaciones, sumando un total de aproximadamente 2.500 jinetes. Las hubo de todas partes como Miramar, Paraná (Entre Ríos) y Río Ancho (Salta). No caben dudas que el desfile criollo de la Fiesta Provincial del Caballo continúa siendo uno de los más importantes de la Argentina.
Son más de tres kilómetros los que tuvieron que superar los jinetes a lo largo de todo el desfile. El recorrido comenzó en la esquina de Rivadavia y Entre Ríos, hizo un largo trayecto por Pellegrini, y desde la Plaza 25 de Mayo se direccionó hacia la Laguna.
También hubo espacio para cierto clima político, cuando se entregó un reconocimiento al Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri por los fondos aportados para la Fiesta. Entre las perlitas podemos comentar la NO invitación de parte del Ejecutivo local al palco oficial y los intentos de funcionarios por hacer como que nada pasaba, sólo dirigiendo su mirada hacia los jinetes que desfilaban. Macri no pudo o no quiso mostrarse en la calle, caminó por la vereda sin llamar demasiado la atención, saludando a simpatizantes que encontraba en el camino.
Otro tema importante para destacar es que no hubo manifestación por parte de los animalistas locales. El temor de que pudiera ocurrir un enfrentamiento como en la edición de 2012, afortunadamente no pasó a los hechos.