Escribe: Juan L. Caputo
El Mercado de Abasto o Mercado Alsina fue allá por los primeros decenios del siglo pasado un lugar de referencia, que concentraba la actividad de compra y venta de mercaderías y productos de granja. Estaba ubicado en la esquina de Pellegrini y Lavalle (donde hoy se levanta el Banco de la Nación) y disponía de numerosos locales, en su mayoría carnicerías y puestos de verduras provistos por quinteros, placeros y mayoristas de toda índole. Era el “supermercado” de aquella época al que las familias acomodadas enviaban a sus sirvientes a hacer las compras y donde las amas de casa de los hogares humildes regateaban lo que podían.
Siendo el inmueble de propiedad municipal, en el transcurso de su vida activa este mercado pasó por distintas etapas; tuvo sus momentos de esplendor, y sus épocas oscuras, como la que resulta de los expedientes municipales del año 1920, período que preanuncia su declinación y en el cual don Juan Riva ejercía el cargo de Intendente Municipal.
En el mes de abril de dicho año, a moción del concejal del conservadurismo señor José Rafael Iriart, fue tratado el tema de la higiene en los distintos negocios dedicados a la venta de productos alimenticios, muchos de los cuales –según había podido comprobar- no respetaban las ordenanzas vigentes en materia de salubridad. Hizo hincapié especialmente en publicaciones aparecidas en diarios de la Capital que daban cuenta del desvío hacia el interior de la Provincia, de mercaderías vencidas y adulteradas, que realizaban las casas de Buenos Aires, como consecuencia de una campaña de control a la que estaban siendo sometidas allá. Trataban así de evitar el decomiso trasladando al interior mercadería de consumo en mal estado.
El Dr. Núñez, presente en el recinto, consideró oportuno que la Comisión de Higiene se abocara a la realización de inspecciones, solicitando del Ejecutivo la más amplia colaboración.
En sesión del 22 de mayo, se da lectura a una nota del Intendente Juan Riva en la que, entre otras cosas manifiesta que, tratándose de la salud de la población, y en resguardo de ella, “…sería menester empezar (las inspecciones) en aquellos lugares que dependen directamente de las autoridades municipales, para lo cual voy a referirme al Mercado Municipal (Mercado de Abasto): Hállase éste en las más pésimas condiciones de higiene. La Inspección Sanitaria apenas puede cumplir mínimamente sus obligaciones ya que hacerlo rigurosamente sería imposible. Tropezamos con escollos insalvables; tal es el estado actual del precitado local….”
Termina la misiva aconsejando la enajenación del Mercado o bien realizar en él las inversiones en obras de reparación y saneamiento de urgente necesidad.
A efectos de resolver sobre la cuestión el H. C. Deliberativo le pide al Intendente una evaluación que permita determinar los gastos por refacciones y a la vez analizar la conveniencia de seguir manteniéndolo en el área municipal o enajenarlo…
PIDEN VENTA O REMATE
En abril de 1921 el Intendente Municipal es don Manuel J. Salcedo y el Mercado de Abasto, es nuevamente objeto de preocupación para los municipales.
El Ejecutivo se pronunció por su venta y la Comisión de Obras Públicas opinó lo siguiente:
“La venta de este bien significará una ventaja para la comuna antes de llevar a efecto las reparaciones que necesitaría. Y así es; para poner en “regulares” las condiciones de seguridad e higiene habría que gastar en este Mercado más o menos cinco mil pesos; luego, para repararlo y conservarlo como corresponde se tendría que invertir una suma cada dos años no inferior posiblemente a mil pesos moneda nacional. Este Mercado renta anualmente la suma de $ 3.600,oo, a la que hay que rebajar lo que se paga a un peón que es de $ 360 mensuales, quedando como renta líquida la suma de $ 2.880,oo anuales…”
Luego hace otras deducciones para al fin llegar a la conclusión de que la renta anual “no está en relación con el interés que este mismo capital puede y debe dar. Efectivamente. Este edificio está sobre un terreno de 1.750 metros cuadrados y calculando un valor de doce pesos el metro significaría un total de $ 20.000, suma que ayudaría a disminuir la deuda aún pendiente con el Banco de la Provincia y por tanto el pago de menos intereses. Los puestos podrían ser instalados en otros lugares y abonarían lo que las ordenanzas indiquen.”
Siguen las consideraciones de la Comisión para al final concluir en que la venta permitiría el progreso de una zona muy central de la población “pues es de suponer que quien compre esos lotes lo hará con el propósito de edificar”.
Finalmente aconseja vender en remate público el Mercado Adolfo Alsina.
En el Cuerpo se debate el tema y se determina que el informe vuelva a la Comisión para que ésta establezca el monto exacto de las refacciones a realizar a los efectos de que el Mercado cumpla con las disposiciones de higiene vigentes. De esta forma el tema quedó nuevamente sin resolver.
Pero seguirá en el tapete, tal como veremos en la próxima entrega.
Fuente: Diario EL CENSOR.