Hay que decirlo. Un llamado de emergencia falso cuesta caro. No es una simple travesura inocente. Los gastos son cuantiosos y se miden de distintas maneras: tanto en grandes pérdidas de dinero por los insumos que requiere todo operativo de ayuda; desgaste de los móviles; pérdida de tiempo y energía de los bomberos, la policía y el SAME; y el susto que genera en muchas personas cada vez que suenan las sirenas. No es gracioso, es repudiable.
Hoy debemos lamentar un nuevo caso. Sucedió a las 09:01 de la mañana cuando se alertó sobre un supuesto despiste y choque en el kilómetro 222 de la Ruta 5, a la altura de Comodoro Py. De sólo imaginarlo, podemos tomar dimensión de los perjuicios que trajo, con el agravante de la enorme distancia que se debió recorrer.
Luego los Bomberos emitieron un comunicado. Sobrio como es su estilo, pero en el que se puede apreciar implícitamente la impotencia que tienen: “Hace algunos minutos se escuchó la sirena, alertando a los Bomberos de un accidente en Ruta 5 Km 222. Hasta allí concurrió una dotación a cargo del jefe del Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios Abel Lotumolo. Cuando la unidad estaba en camino, desde la Policía Vial, informaron que no podían encontrar el accidente. Al llegar los Bomberos al lugar se procedió a la búsqueda del automóvil siniestrado, no encontrando nada, y retornando a nuestro Cuartel, sin ningún tipo de novedad”.
Esta nota apunta a la toma de conciencia. Ellos están para ayudarnos, no para divertir a quienes se abusan de su confianza y buena voluntad…