Pese a que fue aprobado en 2010 por el Honorable Concejo Deliberante, la Provincia aún no lo convalidó. Mientras tanto continúa vigente el viejo Plan Regulador de hace 35 años.
Por Leonel G. Avila
No caben dudas de que Bragado está atravesando un proceso de crecimiento muy importante desde hace varios años. Esto, que debiera tratarse de una característica positiva, se transforma en un problema tras permanecer aún vigente el Plan Regulador de 1979. ¿Cómo podemos esperar que la ciudad no tenga un crecimiento desmedido y sin planificación si todavía nos basamos en una ordenanza de 35 años? Las consecuencias son claras y muy notorias: quintas que quedaron en medio de barrios, viviendas cerca de silos o del Parque Industrial, viviendas que se construyen en cualquier sitio, entre otros tantos ejemplos. Más grave aún es que la problemática ya fue advertida y tratada por el Honorable Concejo Deliberante en 2010, y que por votación unánime debiéramos regirnos con un nuevo Código Urbano Ambiental, lo cual no sucede porque aún se aguarda la convalidación de la Provincia.
Tres décadas atrás Bragado no era el mismo que hoy. Sus necesidades eran distintas, la forma en la que se planeaba su crecimiento no era igual y la visión sobre cientos de aspectos cambió. Los edificios constituían toda una novedad, muy lejana del boom que se registra desde los últimos años; AcerBrag y el Parque Industrial aún parecían encontrarse muy alejados de la zona urbana; y el número de barrios de la ciudad era muy inferior al actual. Por todo eso es que resulta necesario un pronto reemplazo del Plan Regulador de 1979, ya que de lo contrario difícilmente Bragado pueda reflejar en hechos el plan de crecimiento ordenado que consensuaron años atrás las distintas agrupaciones políticas, vecinos, ingenieros y demás entendidos del tema.
El Código de Ordenamiento Territorial Urbano Ambiental del Partido de Bragado, más conocido por su simplificación Código Urbano Ambiental, es la norma que indica hacia dónde deben crecer la Ciudad y las distintas localidades del interior del Partido. Especifica cómo debe estar organizado el suelo, el espacio público, delimita zonas para distintas actividades, etc. Busca preservar el patrimonio arquitectónico y fija las pautas de cómo debe ser el desarrollo urbanístico.
Toda ciudad debe estar pensada. La Plata es quizás la más famosa en éste aspecto ya que fue planeada desde su misma fundación. También Bragado (aunque no con tanta perfección) cuando en sus orígenes se distribuyeron las propiedades de acuerdo a los terrenos bajos y altos, y más aún con la decisión de que el pueblo siguiera el trazado ortogonal – damero heredado de las Leyes de Indias de los tiempos coloniales. Ya en 1882 la ciudad era una especie de rectángulo de aproximadamente entre 6 y 10 cuadras hacia los distintos costados de la Plaza 25 de Mayo; sus límites eran las calles Jaime Coll (antes llamada Jujuy), Hnos. Islas (antes Teniente Ramírez), Sarmiento (por entonces denominada San Juan) y la vía ferroviaria lindante con la calle Moya (antes Olavarría). Aquella proyección del pueblo se extendió durante varias décadas, hasta que los espacios comenzaron a resultar insuficientes. Así aparecieron las modificaciones, primero sumando cuadras detrás de la calle Moya hasta Corrientes y luego en dirección al acceso Elizondo con los barrios Obrero, Coll, 25 de Mayo, las Violetas, entre otros.
Si bien durante mucho tiempo hubo concordancia entre los distintos gobiernos locales acerca del crecimiento ordenado que debía tener Bragado, ya hacia la década de 1970 era evidente que aquella planificación se estaba perdiendo. El Concejo Deliberante entendió que era necesario un Plan Regulador, por lo que desde 1973 comenzaron los debates entre concejales del radicalismo, Partido Intransigente y FREJULI, incluyendo la ubicación que debía tener el Parque Industrial y la posibilidad de que se extendieran las vías del tren hasta Aceros Bragado (hoy AcerBrag). La concreción del proyecto se dilató por varios años hasta que, en 1979, el gobierno de facto de Ibarra impuso un Plan Regulador en base a un molde pensado para distintas ciudades de la Provincia.
Desde entonces el viejo Plan Regulador sigue vigente, pese a que su realidad política, social y ambiental dista mucho de la de 1979. Es por eso que, ante la necesaria re-planificación y modernización de la norma, el Honorable Concejo Deliberante sancionó en 2010 un nuevo Código Urbano Ambiental, con apoyo unánime de todos los Bloques de Concejales. Se trató de un largo trabajo de 5 años, que se prolongaron entre la gestión de Orlando Costa como intendente municipal y la actual administración de Aldo San Pedro.
Para evitar nuevas construcciones en lugares inapropiados, el nuevo Código Urbano establece que el crecimiento de la ciudad debe darse hacia el sur, detrás de la calle Sarmiento. Además prevé la construcción de boliches a un costado del acceso Juan D. Perón, insta a transformar la calle Paseo del Bosque en una nueva vía de acceso a la Ruta Nacional N° 5 y la creación de un Concejo Asesor para que trate los casos puntuales que no incluya el Código y vele por la preservación de la memoria urbanística.
¿Qué pasó en los últimos tres años? Se hicieron los retoques correspondientes a la Ordenanza, pero aún la Provincia no la convalidó y no hay indicios de que lo haga en el corto plazo.
La prolongación de la vigencia de Plan Regulador favoreció en reiteradas ocasiones al Ejecutivo Municipal, ya que pudo llevar adelante distintas obras que irían en contra del nuevo Código Urbano Ambiental. El anfiteatro (aún sin terminar) es un claro ejemplo, porque fue construido en el corredor verde de la ciudad. Otro caso es el de la sala de primeros auxilios “Evita” (Mechita), debido a que fue edificada en el predio de la Plazoleta José Vecchio. “Esto es lo que pasa cuando no hay una norma con plena vigencia y tampoco una conducta de ejemplaridad por parte del Estado. El que está gobernando siempre tiene un plus por sobre el ciudadano común: es el de predicar con el ejemplo”, comentó tiempo atrás la concejal Marita Gelitti.
Ante ésta situación surge la siguiente pregunta: ¿Por qué debemos continuar con una norma de 1979, ajena a nuestra realidad y proyección a futuro, siendo que el Concejo Deliberante aprobó una nueva Ordenanza por unanimidad? Es indispensable que la Provincia se ocupe del asunto y convalide el Código Urbano Ambiental, ya que de lo contrario difícilmente la ciudad y el partido de Bragado puedan crecer ordenadamente.
• El artículo fue publicado por el Diario L@ Voz en su edición del 25 de marzo de 2014.