El largo deterioro registrado en los últimos años pareciera haber quedado atrás. El espacio fue reacondicionado y forma parte de un ambicioso proyecto.
Luego de haber observado durante años el estado de deterioro que existía en los talleres ferroviarios de Mechita y de dejarnos la amarga impresión de que todo parecía conducir a un triste final; afortunadamente el pasado viernes se pudo comprobar que la situación pareciera haber cambiado y que el lugar forma parte de un ambicioso proyecto de cara al futuro.
Los talleres ya no están totalmente descuidados, sino que se encuentran sumamente limpios y pintados. Se observa cómo han sido restaurados y la intención de resaltar detalles de la estructura o de cuestiones vinculadas a la seguridad. El lugar pareciera haber dejado de cumplir la función de un mero estacionamiento de locomotoras y vagones viejos, para recuperar la función para la cual surgió: un espacio de trabajo, de reparación de material ferroviario.
A eso se suma la expectativa que se ve en los empleados, quienes vislumbran un porvenir próspero. Dejaron atrás sus trajes desgastados y añejos, para lucir otros nuevos y emprender tareas mucho más activas.
La recuperación de los talleres ferroviarios de Mechita es consecuencia de la toma de posesión del lugar realizada por la empresa rusa Transmashholding (TMH), la mayor constructora de máquinas ferroviarias del planeta. Su llegada se debió a una concesión por tres años que le otorgó el Gobierno nacional a un costo de U$S 3 millones. No obstante, los planes de la multinacional serían aún mayores, ya que prevé invertir U$S 170 millones en el país en los próximos 10 años, siendo Mechita parte de todo ese proceso.
Es de desear que todo este futuro promisorio que se vislumbra realmente se concrete y que los avances que hoy vemos no se reduzcan a una máscara inicial, por el bien de Mechita, de la zona, de los trabajadores y del sistema ferroviario.