Por Victoria Pambianco
Hace varios meses se vienen registrando incendios a gran escala en toda Argentina. Estos últimos meses y, en particular septiembre, fueron y son muchas las provincias afectadas; Santa Fe, Entre Ríos, Catamarca, Salta, Jujuy, Córdoba, San Luis, Tucumán, La Rioja, Formosa, Neuquén, San Juan, Chaco, Mendoza (fuente: Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible Argentina).
Las Islas del Delta del Río Paraná resuenan constantemente por despertar sumergida en humo. Los focos se reanudan incesantemente y es difícil controlarlo.
Hoy los incendios arrasan en toda Argentina y, con ella, nuestra flora y fauna, nuestros humedales y pastizales. Se llevan nuestro presente y nuestro futuro.
Córdoba tampoco vivió uno de los mejores escenarios, ya que a los incendios de le sumó el viento y, con ello, las cenizas.
Pero… ¿Por qué Argentina está en llamas?
Los incendios pueden ser provocados por acción antrópica o naturales. Claramente el porcentaje de incendios de manera naturales son considerablemente menores.
Antropicamente puede ser por descuido (colillas, fogones, etc.), pero conociendo nuestra historia sabemos que acá, quienes arrasan con los ecosistemas, son otros.
Los pastizales son los suelos más fértiles, por ende, son los más deseados por las corporaciones desarrollista que expanden sus fronteras productivas iniciando justamente estas quemas masivas, que son en cierto punto incontrolables no solo por su magnitud, sino por las condiciones actuales que afecta a muchas partes del mundo: la sequía. Estamos atravesando una sequía pronunciada y no es el mejor escenario para desatar incendios intencionales.
La ley de humedales es otro humo que nos entregan gratuitamente, esperando a ser debatido, esperando a ser, de una vez por todas, aprobado y ejecutado. Con respecto a esto, se adelantó y se le dio giro en comisión a la ley de humedales. Las comisiones son la de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, Presupuesto y Hacienda, Agricultura y Ganadería. Este jueves 22 de septiembre a las 10:00hs será tratado de manera conjunta por las tres comisiones para obtener el dictamen que la lleve a ser tratada en la Cámara de Diputados.
La mayoría nos tenemos que conformar con despertar llenos de humo mientras una minoría arrasa con todo nuestro suelo para continuar un modelo de vida incontenible en nuestra actualidad y con nuestra realidad. Argentina y en general el sur global claramente es cara visible de las consecuencias climáticas más grandes a causa del despojo histórico de nuestros recursos naturales para garantizar el desarrollo y el buen vivir del norte global. Ésta es una deuda histórica. Ahora estamos atravesando las consecuencias.
Los incendios van a seguir propagándose mientras el modelo actual de producción siga teniendo camino libre, mientras no haya leyes y políticas públicas claras para la defensa de nuestros ecosistemas; pero también van a seguir expandiéndose si no contamos con medidas de adaptación a estos escenarios inevitables, además de leyes actualizadas sobre manejo de fuego. Es hora de dejar también de vender humo en las cumbres y en los debates, es hora de que el norte global realmente financie a los países menos desarrollados para transitar la crisis climática y ecológica.
Lo que el fuego se llevó
Lo que el fuego deja es extinción de especies, pérdida de fertilidad del suelo, alteraciones del clima, más efectos ambientales, más contaminación, menos flora y fauna y graves consecuencias en la salud de las personas. Diversos centros médicos señalaron que las consultas para tratar afecciones respiratorias se multiplicaron en los días que el humo de los humedales y pastizales llegaron a la ciudad.
Los humedales son reservorios de agua, grandes sumideros de carbono, regulan el clima y ayudan a controlar los efectos del cambio climático. Son ecosistemas completamente subyugados por el lobby inmobiliario y la expansión de las fronteras agrícola y ganadera. La ley de humedales es completamente cajoneada hace años. Necesitamos esa ley para proteger y regular el uso de estos ecosistemas que son alrededor del 21% del territorio total argentino.
¿Y la calidad del aire?
A raíz de los incendios en las islas del Delta del Río Paraná comenzó a circular la imagen de un aplicación que indica el índice de calidad de aire basándose en el PM2,5 ?g/m3. El material particulado en el tamaño 2,5 es el índice que se utiliza para medir la calidad del aire debido a que este tamaño de partícula suspendido en el aire es el que puede ingresar a nuestro sistema respiratorio con mayor facilidad, como así también otros contaminantes pueden adherirse a ellas, siendo aún más tóxico. Los valores normales son de 0-50 (hasta 10 ?g/m3). Valores desde 300-500 se considera peligroso. El humo de estas quemas y el que permanece hace muchos días en varias partes de nuestro país llegó a los 483,5 ?g/m3.
¿Cómo afecta a nuestra salud?
- Efectos a corto plazo:
– Irritación de ojos, garganta y nariz
– Arritmias
– Crisis asmáticas
– Tos, dificultad para respirar
- Efectos a largo plazo:
– Enfermedades respiratorias (bronquitis, asma)
– Enfermedades del tejido pulmonar
– Cáncer
– Ataque al corazón
– Muerte prematura
Es urgente garantizar el derecho básico a un medioambiente sano para el presente y para las generaciones venideras, como lo dicta el artículo 41 de nuestra Constitución Nacional. Necesitamos la ley de humedales, presupuestos para el manejo del fuego, conciencia y no más silencio. ¿Hasta cuándo vamos a permitir un modelo de desarrollo que arrasa con nuestra tierra y el beneficio es selectivo? El debate es ahora y el futuro es hoy.