Por Leonel G. Avila
El Concejo Deliberante de Bragado aprobó por votación unánime la declaración de Roberto Dematteis como Ciudadano Ilustre de Bragado, una distinción de la que nadie tiene dudas que merece sobremanera, no sólo por su larga trayectoria en el periodismo bragadense (es su decano), sino también por sus destacables valores como persona y la solidaridad que tanto lo caracteriza.
Mucho es lo que hizo Roberto por Bragado. Durante décadas le dio voz a quienes no eran escuchados y se comprometió firmemente en tratar de ayudarlos ante las adversidades. Su columna “Qué dice la calle” en La Voz de Bragado (luego rebautizado Diario L@ Voz) han servido para conocer cuestiones que de lo contrario hubiesen pasado inadvertidas, ya que siempre tuvo un ojo agudo que supo ver lo que otros no podían o querían. Incluso ha servido para enfrentarse a los poderosos cuando era necesario, como por ejemplo mediante comentarios hacia la última dictadura militar o cuando sucedían cuestiones que atentaban contra Bragado (ha sido un férreo detractor de las medidas que perjudicaban al sistema ferroviario).
Siempre ha sido una persona extremadamente humilde, que nunca hizo alarde de sus conocimientos (por el contrario, él tiende a minimizarse), pero que sirvió de mentor y maestro para muchos de los trabajadores de prensa que se desempeñan en Bragado (yo soy uno de ellos), e incluso para otros de alcance nacional como por ejemplo Sergio Elguezábal. Siempre fue recurrente en remarcar que sus estudios son muy básicos y que carece de formación académica, pero la realidad es que logra transmitir y sabe mucho más que la mayoría de nosotros.
Frente a tan nobles atributos y tan larga trayectoria, resulta destacable la distinción que le otorgó el Concejo Deliberante por impulso de Lilián Labaqui. Es un ínfimo reconocimiento frente a todo lo que hizo por nuestra comunidad (y sin saberlo, por el país) durante tanto tiempo.