FM Identidad conversó con Rubén Eduardo López, hijo de Julio, desaparecido en democracia. En primera instancia se refirió a la muerte del genocida Miguel Etchecolatz, sobre lo cual manifestó que no es motivo de alegría pese a que no siente empatía o dolor tras su deceso. “Se murió sin decir nada, ¿dónde está Clara Anahí?, ¿dónde están los cuerpos de muchos desaparecidos? Su silencio es un modo de seguir torturando a las familias”, dijo.
Manifestó estar acostumbrado a que una noticia tape a la otra, pero consideró que la muerte de Etchecolatz no es lo importante en sí, sino que más bien el hecho de recordar todo el mal que hizo “para que no se olvide y para que se sepa”.
También se refirió al ataque que recibió el monumento que recuerda a su padre en La Plata. Explicó que es una figura hecha en chapón como las que se utilizan en barcos, e indicó que fue vandalizada por segunda vez (la última ocurrió después de la muerte del genocida).
Manifestó que le queda la duda si fue un ataque casual o con un mensaje, e indicó que se está tratando de investigarlo mediante la observación de las cámaras en la zona, pero aclaró que no es tarea sencilla.
Por último, manifestó que siempre están preparando alguna actividad con la idea de hacer memoria, como por ejemplo la inauguración de un busto hace pocos días en Los Hornos. Además, se encuentran trabajando en pintar un mural el próximo 7 de setiembre. Remarcó que son cosas que requieren tiempo y mucha dedicación porque se hace “a pulmón”.
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