La concejal radical Lilián Labaqui presentó un proyecto de decreto en el Concejo Deliberante de Bragado para que el Ejecutivo rinda cuentas sobre el estado de varios automóviles oficiales, algunos de los cuales estarían abandonados o en uso irregular. La iniciativa busca sentar las bases para una ordenanza que impida el empleo de estos bienes públicos con fines personales y refuerce los mecanismos de control.
En su pedido, la edil detalla la situación de cuatro rodados que, de acuerdo a las averiguaciones realizadas, serían propiedad del Municipio. Entre ellos se encuentra un Chevrolet patente KXN 868, que “se halla cotidianamente y desde tiempo atrás en la intersección de las calles Escalada y Maroni de la ciudad de Bragado”, y un Toyota patente AA198PQ, que “se halla cotidianamente en calle 9 de Julio entre Del Busto y 12 de Octubre”.
La lista se completa con un Peugeot Partner, patente AF119VF, y un vehículo marca Dodge, que se encontraría “depositado en un vertedero de residuos a cielo abierto sito en los alrededores de la localidad de Warnes, Cuartel X del Partido”.
Pero más allá de las descripciones, la UCR fue contundente al respaldar las denuncias de Labaqui: difundió fotografías y videos como evidencia concreta del uso indebido. En el caso de la Partner, mostró una imagen en la que el vehículo aparece estacionado frente a una vivienda particular, lo que despierta sospechas sobre su uso por fuera del ámbito institucional.
Sin embargo, el caso más llamativo es el de la Toyota, ya que según los registros aportados por el radicalismo, no solo se la ve estacionada en una casa, sino que aparece siendo utilizada por varias personas que, a simple vista, no tendrían vínculo alguno con el Municipio. En los videos, se las observa trasladándose en el vehículo y cargando objetos en su caja trasera, lo que refuerza la hipótesis de un uso totalmente privado de un bien del Estado.
“No se trata sólo de marcar situaciones en las que ‘hace agua’ la actual gestión municipal sino la de proponer, para adelante, las normas y correctivos que lleven a la utilización apropiada de los recursos que solventan los vecinos de sus bolsillos, con sus impuestos”, señaló Labaqui.
Además, anticipó que trabaja junto al concejal Nicolás Araujo (PRO) en una ordenanza que regule el uso de los vehículos del Municipio. El proyecto contemplaría la identificación de cada unidad, la habilitación de canales para que vecinos puedan realizar denuncias, la prohibición del uso de móviles oficiales para fines particulares y la limitación de gastos a cargo del erario municipal.
“Ahora – añadió – sobre una idea del concejal Nicolás Araujo, frente a esta situación del uso y conservación de los vehículos automotores, estamos armando una Ordenanza para identificar cada uno de ellos, permitir que los vecinos puedan informar o denunciar situaciones anómalas, prohibir el uso de móviles oficiales para cuestiones particulares de los funcionarios y la realización del service o carga de combustible o lubricantes por la planta política y jerárquica con cargo a la Municipalidad de Bragado, o sea, repito: al bolsillo de los vecinos”, indicó la edil radical.
Por último, Labaqui reiteró su pedido de tratamiento y aprobación para la Ordenanza de Ética Pública, presentada meses atrás en el cuerpo deliberativo. En ese marco, solicitó al intendente que interceda dentro de su espacio para lograr el consenso necesario.
“De estas cosas son las que hablamos cuando hablamos de Ética Pública, del cuidado, preservación y conservación de los recursos y de los dineros de nuestra gente que paga impuestos y, por eso, les pido a los concejales y al Intendente, como máxima autoridad y máximo referente del peronismo bragadense, que interceda ante los concejales oficialistas y sus aliados para que la Ordenanza de Ética Pública que presentamos meses atrás, sea votada por unanimidad para prevenir y reprimir estas situaciones”, concluyó.
“Mi rol cambió, pero no mis principios”
Frente a cuestionamientos por su postura actual, Labaqui también se refirió a las diferencias entre su accionar como oficialista y como opositora: “¿Por qué, supuestamente y según críticas que me llegan, hoy hago cuestionamientos que en el período anterior no hacía? Entre 2021 y 2023 fui concejal oficialista porque la Unión Cívica Radical integraba Juntos por el Cambio y, desde ese lugar, en el que me colocó el voto popular, traté de hacer lo mejor que pude y en 2023, ese mismo voto, cambió mi rol: pasé a ser concejal de la oposición, pero mi labor está marcada, en cualquiera de los dos roles, en los tres principios de lo que, para mí, es ser concejal: legislar, representar y controlar”.
También diferenció su tarea de la de una oposición basada únicamente en la crítica: “¿Cuál es la diferencia entre esta conducta con aquella oposición meramente cuestionadora y cerril? Simple: hoy, a cada cuestionamiento a las políticas oficialistas va una propuesta, ejemplos: frente al tema de los reemplazos de Concejales, un Proyecto de Decreto modificando el Reglamento Interno para que se efectúen cumpliendo estrictamente la Ley electoral; frente a un caso de supuesta violencia de género en el ámbito del Departamento Ejecutivo: una Ordenanza sobre acoso laboral”, afirmó.