Una serie de textos distribuidos por el Gobierno de Axel Kicillof en escuelas del Nivel Secundario ha generado una fuerte polémica a nivel provincial, e incluso tuvo repercusión en Bragado a través del Comité de la Unión Cívica Radical (UCR). “El gobierno kirchnerista bonaerense debería volver a plantearse su postura sobre la educación y asegurarse de que el material que distribuye en escuelas e instituciones culturales sea verdaderamente enriquecedor y apropiado para la formación de una ciudadanía consciente, pues la responsabilidad de educar a las futuras generaciones tiene que ser con seriedad, y no usarse para atentar contra los principios básicos de respeto, el buen gusto y la dignidad”, indicó.
Los textos de la polémica forman parte de la “Colección de Identidades Bonaerenses. Leer, sentir, pensar, vivir la provincia”, mientras que el rechazo de la UCR local se expresó a través de sus consejeros escolares y de la Comisión de Educación, Cultura y Deporte del Comité. “Nos mueve a la preocupación y, sin criticar las obras literarias – que son eso: frutos de la creación del ingenio humano en un país libre y quedando, su lectura, al gusto e interés de los lectores –, estamos convencidos de que la administración kirchnerista del gobernador Axel Kicillof está dispuesta a sacrificar la formación de los jóvenes en nombre de una agenda ideológica-partidista”, dijo.
Según la UCR, “no cuestionamos la Educación Sexual Integral (ESI) que está establecida por Leyes en el orden nacional y provincial”, sino que apuntó directamente contra esos materiales específicos tras considerarlos inapropiados por no tener en cuenta las diferentes etapas de desarrollo de los jóvenes y porque los textos incluyen relatos y contenidos de índole sexual que, según su opinión, exceden los límites de lo prescripto para la ESI.
Lamentó que se estén incluyendo como material educativo “escenas de sexo explícito, lenguaje fuerte y vocabulario soez”, e indicó: “identidad no es pornografía ni ella es ‘Interés superior del Niño’ si no que, éste, es la obligación del Estado, sus administradores y sus agentes, de preparar a los jóvenes para ser pensadores libres, críticos y responsables, sin presentarles un mundo donde el sexo y la violencia sean temas accesibles despojados de un marco de discusión adecuado”.