La bocina del tren de pasajeros se escuchó por última vez en Nueve de Julio en los primeros minutos de la madrugada de este lunes. Se trata de la formación que partió anoche de Pehuajó y que hace algunas horas realizó el último viaje por esos lugares, ya que desde ahora la estación terminal será Bragado. Tanto Nueve de Julio como Pehuajó y Carlos Casares han quedado aisladas del sistema ferroviario ante el cierre del ramal, implicando un retroceso que entristece a todos.
El tren había salido de Pehuajó a las 20.25 del domingo, mientras que a las 00:20 se despidió de Nueve de Julio. Al llegar esa ciudad, un grupo de personas lo recibió en medio de un frío silencio, solo interrumpido por la bocina de la locomotora y el silbato de alguien que quiso hacerse oír; primó la contemplación de esa formación que ya no volverá a pasar por allí, algunos registrándolo con sus celulares como una forma de perpetuar el momento.
Una vez detenida la formación, los nuevejulienses cambiaron de actitud y visibilizaron su enojo. Hubo cánticos contra el presidente Javier Milei, mientras algunos agitaban banderas argentinas. La tristeza, se mezcló con impotencia… y finalmente la resignación al ver que el tren debió continuar camino para ese último viaje, cuyo destino final fue la estación Once (Buenos Aires), a las 07:41.
Una seguidilla de malas decisiones de la empresa Trenes Argentinos ha hecho que hoy Nueve de Julio, Carlos Casares y Pehuajó se queden sin un servicio ferroviario de pasajeros. Se desincentivó el uso de ese transporte mediante la aplicación de un gran tarifazo y prolongando los tiempos del viaje, lo que derivó en que inevitablemente cada vez lo utilizara menos gente y que después la propia empresa lo tomara como excusa para sacarlo… eso sumado al argumento de que ahorrará 117 millones por mes.
El deseo generalizado es que la decisión se revierta y solo se convierta en un mal recuerdo. Así lo visibilizó un nuevejuliense con un cartel que colgó en la estación: “que no sea el último tren”, dice.