La implementación de la tecnología LED podría convertir a Bragado en una de las ciudades pioneras de la zona, tal como alguna vez lo fue con la iluminación a kerosén y eléctrica
Por Leonel G. Avila
(Publicado en el Diario La Voz)
Hace más de un siglo, Bragado era reconocida como una de las ciudades más avanzadas de la zona en materia de alumbrado público. Fue pionera en la incorporación de iluminación a kerosén y luego también de energía eléctrica. No obstante, los avances tecnológicos y la falta de una rápida adaptación por parte de las diferentes administraciones municipales, hicieron que con el tiempo aquella vanguardia comenzara a perderse y que la ciudad terminara estancándose durante varias décadas. Distinto es el panorama hoy, ya que la mayor iluminación provista en muchas calles desde fines de la gestión de Aldo San Pedro, sumado al recambio de luminarias por tecnología LED que inició Vicente Gatica, parecieran dar cuenta de cierto interés de las autoridades por revertir la situación. Falta mucho por hacer, pero al menos ya estamos más encaminados en recuperar esa ventaja que alguna vez Bragado tuvo.
La noticia de que nuestra ciudad ya cuenta con las primeras luces LED en el alumbrado público no debe pasar inadvertida. Si bien aún sólo se encuentran sobre la calle Alsina, frente al Palacio Municipal, constituyen el puntapié inicial de un plan que promete quitar las viejas lámparas de sodio de la zona céntrica (calles Pellegrini y Rivadavia) y colocar 110 luminarias con la nueva tecnología, para luego proseguir con otras 190 en distintos sectores de Bragado. Se trata de un ambicioso proyecto que, en el caso de concretarse, podría situar a nuestra ciudad como una de las más avanzadas de la zona, ya que aún son pocas las que han incorporado dicho el sistema al alumbrado público.
Un dato no menor es que la implementación de este tipo de tecnología llegó a Bragado apenas tres años después de que comenzó a utilizarse en la ciudad de Buenos Aires, situación que vuelve más meritoria la decisión de la Municipalidad.
UN POCO DE HISTORIA
Aunque cueste creerlo, durante mucho tiempo Bragado se caracterizó por estar a la vanguardia en alumbrado público. Fue uno de los pueblos del interior que más rápido aplicó la iluminación a base de kerosén, ya que, en 1882 (trece años después que en la Capital Federal), colocó los primeros faroles en algunas esquinas. No obstante, vale aclarar, en aquel entonces el servicio era muy diferente al de hoy: sólo eran encendidos unas pocas horas durante doce o trece días al mes, hecho que luego motivó distintos reclamos para que “se establezca un servicio regular que responda a las necesidades del vecindario”.
Ante tal situación, el 12 de diciembre de 1897 fue inaugurada la primera usina eléctrica del pueblo, lo cual volvió a dejar a Bragado en una situación de ventaja respecto de la zona. Dicho acontecimiento fue acompañado poco después, el 31 de diciembre, por un llamado a licitación pública por parte del el intendente Feliciano Salinas, quien pretendía encontrar un responsable de mejorar y sostener el servicio de alumbrado público.
Fue así como, en 1898, el Sr. Mateo Marino se hizo cargo del asunto, comprometiéndose a atender los ciento veinte faroles que ya estaban instalados y a incorporar otros nuevos. Eran momentos en que sólo las calles céntricas habían sido adaptadas al nuevo sistema eléctrico, mientras que el resto continuó funcionando con kerosén, aunque en un radio más amplio debido a que los faroles quitados de la zona principal fueron reubicados en otros lugares. ¿Cuándo se prendían? Dieciocho días al mes, desde “la oración” hasta aproximadamente la una de la mañana.
Sin embargo, no o paso mucho tiempo hasta que el incremento de la demanda eléctrica volvió obsoleta a la nueva usina y comenzaron los reclamos. Frente a tal situación, el 27 de febrero de 1907 se realizó un remate donde la firma Hoffs y Cía la compró a un precio de $50.000 para constituir la sociedad anónima “La Industrial del Oeste”. Poco después, el 29 de mayo de 1909, la usina pasó a manos de Jesús Otero en nombre de la sociedad anónima “La Eléctrica”, la cual el 25 de mayo de 1910, con motivo del centenario, inauguró nuevas farolas de alumbrado público en la Municipalidad, el Club Social (donde hoy se encuentra el Constantino), la parroquia Santa Rosa de Lima, la Escuela Nº1 y la Biblioteca.
No obstante, más allá de las mejoras, el servicio continuó siendo deficiente, cosa que El Censor dejó manifiesto en 1910 a través de un artículo periodístico en el que pedía que “se amplíe la duración del servicio de alumbrado público” y que “sea aquí lo que debe ser, esto es, completo, que dure hasta el amanecer”. Además, agregaba: “es vergonzoso que los viajeros que nos visitan a diario se asombren de que en lo que respecta a iluminación estemos tan atrasados que Los Toldos, Lincoln y Chivilcoy, que tienen servicio de alumbrado eléctrico de reciente instalación, tengan servicio más completo que Bragado, que tiene ese sistema de hace trece años”.
Como habrá notado, con el paso de los años el alumbrado público bragadense fue perdiendo aquella ventaja que alguna vez tuvo en la zona. Muchas han sido las administraciones municipales que pasaron y también las empresas que se ocuparon (podemos citar el caso de “La Anglo Argentina de Electricidad” o la actual EDEN), pero, más allá de los esfuerzos, nunca más se recuperó aquella plenitud.
UNA LUZ EN EL CAMINO
Afortunadamente, hoy nos encontramos ante una gran posibilidad. La implementación del sistema LED en el alumbrado público podría significar un gran avance para Bragado y la posibilidad de recuperar aquel liderazgo que inicialmente tuvo. Dicha meta no se trata de un mero capricho para estar por encima del resto de las ciudades de la zona, sino de que los bragadenses podamos tener tecnología de punta y que, de una vez por todas, contemos con un sistema acorde a los tiempos en que vivimos. Sin embargo, vale aclarar, sería apropiado que el recambio de luminarias no concluyera en la zona céntrica y sus alrededores, ya que Bragado es mucho más que ese pequeño sector.
Una de las características destacables de la gestión de Aldo San Pedro fue que mejoró considerablemente la iluminación en un amplio radio de la ciudad. Antes sólo las calles principales estaban bien iluminadas, mientras que en el resto la luz era escasa. Frente a tal situación y la buena respuesta por parte de los vecinos, es de esperar que el actual Ejecutivo Municipal continúe trabajando de la misma manera y que no vuelva al viejo modelo donde lo bueno únicamente se aplicaba en el centro. Es una cuestión que deberá tener en cuenta.