La viralización de imágenes donde se observa que se está descascarando la pintura del Monumento al Caballo, ha generado una gran cantidad de comentarios a través de las redes sociales. ¡No es para menos!, si tenemos en cuenta que fue totalmente restaurado hace apenas un mes. La mayoría creímos que se trataba de una falla en el trabajo realizado por la empresa contratada, pero en realidad el asunto es aún más grave: alguien lo atacó en forma intencional con productos químicos.
La conclusión fue comunicada por la Municipalidad de Bragado a través de las redes sociales, tras un análisis pormenorizado que realizaron los restauradores, cuyo informe tomó estado público:
“Constatamos que el volumen figurativo del conjunto escultórico había sido erosionado con un tipo de abrasivo químico; esto dejaba notar la pérdida total, no solo del material de la intervención; sino que también del material original”, indica el informe, y agrega: “en la parte superior del lomo del objeto, se podía observar la acumulación del material por medio del decapante y en la parte izquierda de la musculatura; efectos de la solución y su posterior escurrimiento”.
El documento lleva las firmas de los restauradores Giselle Canosa, Gerardo Pellegrino y María Pía Tamborini. Allí se manifiesta que “este material -en alusión al abrasivo químico- quedó expuesto en sectores, y en otros era evidente su desprendimiento al ser tocado”.
Detalla que “la erosión ha llegado a la capa de preparación”, sobre lo cual añade que “estos signos son producto de una solución disolvente que ha hecho migrar el material, -y- se puede observar la carga de la migración en ciertos sectores”.
¿Qué se hará ahora? Por un lado, se resolvió realizar un retoque estético y reparación; mientras que por otro se inició la investigación correspondiente para tratar de identificar a los culpables, lo cual incluye la observación de las imágenes captadas por las cámaras del Centro de Monitoreo.
Queda latente la pregunta si se trató de un hecho vandálico carente de intencionalidad política, o si en realidad se trata de un acto planificado contra el Municipio.
Se recordó que los espacios e infraestructuras públicas, así como el patrimonio artístico y cultural, son propiedad de todos los vecinos, por lo que atentar contra ellos es hacerlo contra nosotros mismos…