La manera en la que vivimos el amor también debiera preocupar y ocupar al ambientalismo.
Vivir el amor es transversal a la vida, es vivir. La vida es el amor. Y detrás de tooooodo siempre hay un posicionamiento político.
Datos:
No opinión:
Pero esto es una nota de opinión:
El contexto:
Tenemos permitido descartar botellas vasos cubiertos manteles, bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla. No quiero realmente pensar la cantidad de cosas y cositas descartables porque aterra.
La masa considera bien el descarte.
Reflexionar lo negativo del descarte tiene trabas políticas y emocionales.
Y limitar el descarte tiene más trabas todavía porque detrás hay monstruos privados beneficiándose y sosteniendo sus intereses descartables a cualquier costo.
¿Este contexto es el que habilita el descarte de personas de personas? De personas de personas. La literalidad debería alarmarnos.
¿Se puede descartar a una persona de la vida de otra de la misma forma que unabotellaunvasouncubiertounmantel descartable? Poder se puede.
Está más que permitido y naturalizado.
¿Pero lo permitido está bien?
¿Lo naturalizado está bien?
Datos:
no opinión:
pero esto es una nota de opinión:
en general no.
El concepto es: uso hasta que me sirve -no hasta que sirve- y lo descarto, sin pensar que todo lo descartable tiene otro ciclo y que descartar materiales destruye el planeta y descartar personas destruye personas y eso también destruye el planeta.
Pero lo cierto es que tampoco es responsable acumular cuando ya no te sirve.
Les descartadores al menos debieran procurar que esos finales sean los más óptimos, posibilitando tanto a los materiales como a las personas descartados, que después de esos usos, tengan otra vida, otro sentido, sigan sus ciclos.
Medio ambiente sano es relaciones sanas.
Somos parte. Seamos parte.
Consumo responsable y relaciones responsables.